COMENTARIO

 

COMENTARIO

"Crash" nos cuenta historias de blancos, negros, latinos, coreanos e iraníes, policías y delincuentes, hombre y mujeres, ricos y pobres, poderosos y marginales. Y toda esta diversidad humana está contaminada por el mismo virus: el racismo.

Pero el enfoque de esta vieja perversión es novedoso. Frente al cine de buenos y malos, de héroes y malvados, de seres dotados de una personalidad definida de una vez por todas, y para toda la vida, Paul Higgis nos presente un mosaico de individuos que son tanto víctimas como culpables. Culpables cuando actúan de manera instintiva, cuando reaccionan con lo primero que se les viene a la cabeza, a impulsos del miedo, la prisa, la mala leche, los prejuicios… Víctimas, a la par, de situaciones en que la violencia se impone como catalizador de la situación.

Ser buena persona o canalla no descansa en los genes. Se puede ser lo uno y lo otro. En cada situación que abordamos. Incluso, rizando el rizo, se puede hacer el mal persiguiendo el bien y el bien buscando el mal. Así de compleja es la existencia y el mundo intercultural que nos ha tocado en suerte. Así nos lo cuenta este película por si no habíamos caído en la cuenta.

Una película fascinante que nos permite comprender rápidamente a los distintos personajes, quiénes son, qué hace, cómo enfocan la vida… pero que nos sorprende singularmente cuando estos personajes tienen que enfrentarse a situaciones nuevas y, en muchas ocasiones, inesperadas. Y es este desenvolvimiento de situaciones inesperadas radica el secreto del atractivo del film. Una inmensa capacidad para sorprendernos es lo que nos mantiene completamente implicados en una historia lograda y con un tratamiento fílmico que es una obra de arte.

Paul Higgis, cuyo guión de "Millon Dollar Baby" recibió los parabienes de Hollywood, construye ahora una película con una pluralidad de historias que se van relacionando gracias a coincidencias, casualidades, imprevistos y fatalidades. Y como centro de este actuar fortuito y de este encuentro, en ocasiones auténtico choque de seres humanos de muy distinta condición, los prejuicios y resentimientos de unos y otros, iluminándolo todo, o mejor dicho, enturbiándolo todo. Y los prejuicios tienen consecuencias, vaya si las tienen. Por ejemplo, Sandra Bullock muestra sus prejuicios con el cerrajero (Michael Pena), que siendo un hombre familiar, trabajador y responsable, es visto como un delincuente, miembro de una banda latina. Lo mismo ocurre con todos y cada uno de los personajes.

Hay un doble juego delicioso en toda la película. Todos participamos de los prejuicios respeto a cada uno de los personajes. Sabemos que piensa de los distintos grupos en contacto. Es lo que pensamos todos, es un lugar común de nuestra cultura, construida con unos materiales para el desguace, cargados de estereotipos y prejuicios. Pero el encanto del film descansa específicamente en contrastar tales visiones estereotipadas con una realidad que desborda y destruye este punto de partida.

Así el joven policía antirracista, es el culpable del asesinato del joven negro; Matt Dillon, el policía racista, arriesga su vida para salvar a la mujer del director de series televisivas; Sandra Bullock encuentra en su empleada latina el único refugio para su desesperación y malestar; y hasta el joven delincuente negro, de discurso radical, renuncia a hacer negocio con los nuevos esclavos procedentes del sudeste asiático.

Un mensaje de esperanza: las situaciones no están definidas de una vez y para siempre. El racista puede dejar de serlo. El conflicto puede tener una resolución positiva. Los choques, los accidentes que nuestros protagonistas viven permiten modificar las cosas. Del conflicto se aprende. Aprenden tras cada accidente. Aprenden mucho. Siguen vivos y son mejores personas gracias a lo que les ocurrió. Seguramente no son más felices, no estará más sosegados, no serán más sabios, pero son mejores personas.

No es fácil que una película impacte con un mensaje de esta naturaleza en la audiencia, pero estoy seguro que tras ver "Crahs" tendremos una mirada más positiva sobre las personas que nos rodean. Todos tenemos miedos, prejuicios, rencores… Pero hay esperanza.

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