Palabras para mi madre
Lucía Menéndez Viejo
Mis hermanos, mi padre y yo queremos agradeceros todas estas muestras de
cariño. No sólo hacia mi madre, María, sino también por haber estado tan
pendientes de nosotros, por haber dedicado vuestro tiempo y esfuerzo a hacer
que estas semanas podamos recordarla con alegría y por haberlo hecho con
tanto amor.
Veo en vosotros que la amastéis, a vuestra manera, y así se alza, segura y mía
en vuestro dolor su imagen. (J.A.V)
Quizá no haya sido casualidad que, una de estas tardes, cuando,sentada en su
despacho, entre exámenes y apuntes, rodeada también de sus trabajos, que
son los vuestros, de sus cuadros, sus libros (todos subrayados y dedicados) las
figuras y recuerdos que iba colecionando para sus alumnos, traídos de tantos
viajes, con tanto amor, ….( mira Lucía, me decía, mira que cosas les traigo,
mira cómo les quiero, me quería decir.).
Una de estas tardes, como decía, me encontré con un vídeo en su ordenador ,
no hizo falta bucear mucho, tan sólo apareció. Se trataba de sus palabras de
agradecimento a sus amigos del grupo Ágora, de vosotros, con motivo de esa
comida o cena de jubilación que le dedicastéis, no hace tanto tiempo.
Me sirven sus palabras dulces y acertadas ahora para deciros a todos de su
parte: En la vida hay tres cosas importantes, la família, el trabajo y los amigos;
la familia no la eliges, te la imponen de alguna manera; el trabajo también viene
impuesto, pues es obligación y más para una mujer, creía ella, aunque también
del trabajo se disfruta, y ella disfrutó tanto, un trabajo maravilloso, me solía
repetir; y por último están los amigos, a éstos últimos los eliges y con vosotros
fue feliz y caminó un sendero de alegría.
Pueda el canto dar fe de quien en la lucha se ha consumado…(J.A.V.)
Me gustaría podiros tan sólo que sigamos celebrando su memoria, que la
sigamos teniendo presente, y que sigamos compartiendo sus enseñanzas y
sus valores, porque creo que no me equivoco cuando pienso que no sólo es a
mí a la que me asalta el sentimiento de querer parecerme más a ella cada día.
Y una pequeña angustia cuando pienso si seré capaz de ser tan buena y
generosa.
Y no puedo despedirme sin preguntarme, como se preguntaba Pedro Salinas…
Serás amor un largo adiós que no se acaba, vivir, desde el principio es
separarse.
En el primer encuentro
Con la luz, com los lábios,
El corazón percebe la congoja
De tener que estar ciego y solo un día.
Amor, es el retraso milagroso de su término mismo;
Con los besos,
Con la pena y el pecho se conquistan
En afanosas lides, entre gozos,
Parecidos a juegos,
Días, tierras, espácios fabulosos…
(…)
Ni en el llegar ni el hallazgo tiene el amor su cima,
Es en la resistência a separarse en donde se le siente,
Desnudo, altísimo , temblando. Y la separación no es el momento cuando
brazos o vocês se despeden com señas materiales:
Es de antes, de después,
Si se estrechan las manos, si se abraza,
Nunca es para apartarse,
Es porque el alma, ciegamente siente,
Que la forma posible de estar juntos
Es una despedida larga, clara.
Y que lo más seguro es el adiós.
De tu anegado corazón, madre, me llega, como antes, tu voz, como el vaho
oscuro de la muerte, habítame con ella. Ni siquiera la muerte pueda de mí
jamás arrebatarte. (J.A.V.)
Lucía Menéndez Viejo
Gijón, abril de 2015.