LA POLÍTICA DE PUERTAS ABIERTAS

Consiste en no poner ningún tipo de obstáculos a la movilidad de las personas, permitiendo que se instalen libremente en cualquier lugar del mundo.

 

A favor:

No es justo que en este mundo globalizado, sin fronteras para los capitales, las mercancías, los productos culturales, las innovaciones tecnológicas, etc., los pases ricos puedan inundar con sus productos los mercados de los pases pobres destruyendo sus puestos de trabajo y no se permita a las victimas de esos procesos buscar su supervivencia económica allí donde esto es posible.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es clara; concretamente su artículo 13 dice:

1.- Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

2.- Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

 

 

Por tanto, emigrar no es ni puede ser un delito, sino un derecho utilizado muchas veces a lo largo de la historia para luchar por la dignidad.

Contribuye a rejuvenecer la envejecida población de muchos pases ricos.

 

En contra:

Muchos gobiernos consideran que los ciudadanos del propio país tienen un derecho superior a los extranjeros y por eso a estos últimos se les restringe la libertad de movimiento

Con esta medida, apoyada por muchas personas, se defiende la posición económica, social o cultural de dichos ciudadanos, pues se considera que su situación se volverá más precaria al tener que competir con más gente para obtener trabajo, vivienda o servicios educativos o sanitarios.