La ruptura entre el Judaísmo y el Cristianismo. Discrepancias en torno a la figura de Jesús

La diferencia fundamental entre las dos religiones reside en la distinta interpretación que se hace de la figura de Jesús de Nazaret. Para los cristianos, es el hijo de Dios hecho hombre, concebido por la Virgen María, y su presencia supone la llegada del Mesías redentor profetizado en el Antiguo Testamento, cuya preeminencia queda arrinconada por sus enseñanzas (recogidas en los Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles), que se convierten en la doctrina fundamental para alcanzar la salvación eterna. Para los cristianos, los judíos pecaron gravemente al no reconocer a Jesús como el Mesías prometido; por eso, en la iconografía cristiana se suele representar a la Sinagoga como una mujer con los ojos vendados.

Para los judíos, Jesús de Nazaret es un falso Mesías y, por lo tanto, la doctrina contenida en la Torá (libro sagrado de los judíos formado por una parte del Antiguo Testamento de los cristianos, el Pentateuco) continúa siendo la doctrina fundamental que ha de seguirse para alcanzar la salvación eterna. Para ellos el Mesías profetizado tiene naturaleza humana, pertenece a la familia del rey David y llegará en algún momento del futuro que será cuando habrá una resurrección general de los muertos y los judíos volverán a reunirse en Israel. Por otra parte, algunas de las ideas fundamentales del cristianismo, como la Santísima Trinidad o la Encarnación, no son aceptables ya que serían contrarias al monoteísmo.

   
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