(Cabo
Vilano,1923)
Se
adentró en el mundo de la fotografía de la mano de Juan Castuera, que le
convenció para visitar una exposición del doctor Pla Janini. En 1950 deja sus
estudios de Náutica y crea su primer taller de fotografía en Betanzos en el
que comenzó como retratista. Tres años más tarde recibe el premio de la “Asociación
de Artistas de La Coruña”, ciudad en la que posteriormente trabaja en como
reportero. Es en esta época en la que le llega el reconocimiento internacional
con motivo de su serie más famosa “Emigración”, realizada en 1957 por
encargo de la Comisión Católica de Emigración. Estudia fotografía en color
en el Hamburger Photo Schule. Ha participado en las Bienales de Vigo, y expuesto
en Suiza, Escocia y Portugal.
Serie Emigración
(1957)
Contexto
histórico:
en
ese año 1957, en la misma ciudad en que Manuel Ferrol retrata el sufrimiento de
la partida, nace Manuel Rivas. Mientras en el mundo nace Melanie Griffith y
muere Humprey Bogart; se firma el Tratado de Roma que origina
el nacimiento de la Comunidad Económica Europea; la perra Laika es
enviada al espacio en la nave Sputnik 2, y Albert Camus recibe el Nobel de
Literatura – en España el Ministerio de la Gobernación recuerda las
disposiciones vigentes sobre trajes de baño: “prohibido el uso de dos piezas
para las mujeres y el slip para los hombres”;
en Galicia siguen persistiendo los factores de expulsión que han
generado la emigración histórica a ultramar y que en los años siguientes
justificarán la venidera a los países más desarrollados de Europa: alto
índice de natalidad con la consiguiente elevada densidad de población,
caciquismo, condiciones económicas y sociales adversas, abandono de los
intereses materiales de Galicia por parte de los poderes públicos, malestar
político y social, miseria rural, minifundismo, insuficiente industrialización
...
Soporte:
fotografía.
Tema: emigrantes.
Análisis: el
papel central que en su extensa obra ocupa la serie
Emigración* está plenamente justificado. Ferrol elaboró un reportaje
basado en la investigación de los rostros alucinados de los que se marchan y de
los gestos de desolación de los que se quedan, en una estupenda serie que cubre
todos los preparativos de la salida del puerto de La Coruña, las fotos de
familia, las confesiones antes de la partida, el embarque, la despedida...
El
blanco y negro de Ferrol es riguroso en los sentimientos: las fotos resultantes
parecen retratos de pasaporte, y sólo se dulcifican en la mirada de los niños
que representan más allá de lo que el desconcierto de los adultos. Las figuras
demacradas, alargadas y tristes de los viajeros, contrastan con las orgullosas y
uniformadas de los empleados de la aduana, los sacerdotes y los oficiales del
barco. Las dos caras de la moneda, en una fotografía que es social sin
quererlo, es emotiva siendo distante y ejemplar siendo documental.
La
cámara de Ferrol no refleja ni capta lo exterior sino el desgarramiento
interior del destierro, la radiografía del alma. Ferrol fotografía un gheto, a
unos condenados, a unos parias, a unos bultos semejantes a los que las grúas
alzan hasta las bodegas del trasatlántico Juan de Garay.
(*) Para ver más fotos de la serie visitar www.sapiens.ya.com/rojea/emigraci.htm