José María Rozada Martínez
Constituye una muestra de reconocimiento y afecto hacia el compañero Chema Castiello esta recogida de testimonios y episodios de su vida junto a nosotros, que está llevando a cabo esta histórica y acogedora casa común que es el Ateneo Obrero de Gijón.
Guardo muchas notas tomadas al hilo de las intervenciones de Chema en multitud de reuniones compartidas, pero en realidad no son más que mis palabras interpretando las suyas. Sin embargo, entre mis audios estaba este de la presentación de la Plataforma Asturiana de Educación Crítica (Gijón, 16 abril 1994). No tiene valor por lo que Chema dice allí en aquel momento, ya que él mismo, en sesiones previas y posteriores a aquella presentación, señaló que no se identificaba con lo que tenía que decir en la misma, puesto que no eran las cuestiones organizativas las que verdaderamente le interesaban. No estaba de acuerdo en que hubiera que detallarlas tanto, prefiriendo que lo organizativo se fuera definiendo sobre la marcha (Ateneo, 4 de febrero de 1994). En la asamblea que hicimos para valorar aquella presentación manifestó explícitamente no haberse sentido identificado con el papel que se le había asignado (Ateneo, 6 de mayo 1994). O sea, que el Chema del audio es, ciertamente, el que hemos conocido, apreciado y admirado, pero en dos dimensiones entre las que no está el contenido concreto de las palabras pronunciadas.
La primera de ellas es su voz. A pesar de que solemos situar la vista muy por encima del sentido del oído, basta escuchar con atención la voz de alguien para darnos cuenta de la cantidad e intensidad de sensaciones/emociones que el oído capta y nos transmite como ningún otro sentido. De modo que diga lo que diga Chema en este audio, el testimonio de su voz inconfundible, con olor a tabaco y deslizándose bajo su amarillento bigote, constituye un recuerdo entrañable del amigo que se ha ido sólo un poquito antes que todos nosotros. La segunda es su lealtad para asumir un papel que no era el que hubiera preferido. Una muestra de su inquebrantable voluntad para acercarse a todo aquello que se moviera en la dirección que le parecía útil para hacer algo por cambiar un mundo tan necesitado de abrir caminos nuevos. No acabó siendo lo suyo la Plataforma Asturiana de Educación Crítica, sino que se entregó preferentemente a otra criatura más potente nacida en su seno, como es el Grupo Eleuterio Quintanilla, pero intuyó que a partir de aquella iniciativa que era la Plataforma podrían organizarse grupos como el de Educación Antirracista, y fue ahí donde arrimó el hombro y se empleó con mayor esfuerzo. Este acto de la presentación grabada, repito, fue para él solamente un primer paso para iniciar la marcha por un camino paralelo en el que creyó más y trabajó con generosidad, liderazgo y éxito. Digan, pues, lo que digan sus palabras, escuchar su voz nos permitirá sentirlo de nuevo a nuestro lado.